Marcar la 'X'

Aunque resulte paradójico, la mayor parte de los obispos y sacerdotes no marcan la ’X’ de la Iglesia católica. Y no es por falta de voluntad, sino porque con su salario, (cobran entre 650 y 900 euros mensuales) no alcanzan el mínimo de 22.000 euros anuales que obliga a hacer la declaración. De esta forma, y aunque realizan su aportación al IRPF a través de las debidas retenciones, no tienen la posibilidad de decidir sobre el destino de ese 0,7%. Esta es, una de las cuestiones que la Conferencia Episcopal negocia en la actualidad con la Agencia Tributaria.
Por otra parte, y como ha señalado el Cardenal Amigo, hay ocasiones en que podemos escuchar, entre los propios católicos, argumentos poco serios para no colaborar con la Iglesia, que responden a una posición poco responsable. Poner la X es una parte más del compromiso activo de un católico que vive su fe en comunidad. A nadie le van a cobrar más impuestos ni a devolver menos y, además, la asignación a favor de la Iglesia Católica es compatible con marcar también la casilla de fines sociales. La labor de la Iglesia en la sociedad es inmensa y desde este año su sostenimiento depende de aquellos que aprecian su labor.