lunes, 26 de mayo de 2008

¡Vaya mandamientos!

Extractamos algunos puntos de un artículo que ha publicado en su blog Fernando Sebastián (arzobispo emérito de Pamplona y Tudela), que es de gran interés para todos:

«No debemos obsesionarnos con el asunto del laicismo. Pero sí conviene estar alerta. Porque la ofensiva sigue. Y no podemos dar un paso atrás.

El periódico Público, muy cercano al PSOE, ha confeccionado y puesto en el candelero lo que llama los 10 mandamientos del laicismo. En realidad son una barrera para excluir al cristianismo de todo lo que sea vida social.

La Iglesia, los católicos, la religión cristiana (según estos 10 mandamientos) no merece la consideración ni la ayuda que merecen el deporte, o el cine, o los concursos de belleza. Solo les falta pedir que nos pongan una multa por ser católicos.

Contra estas agresiones del laicismo, nosotros afirmamos tres puntos difícilmente cuestionables.
Primero
. Los ciudadanos tenemos perfecto derecho a vivir y actuar religiosamente en todos los ámbitos de nuestra vida, personal, familiar y social, según nuestra conciencia y a medida de nuestros deseos. Ninguna autoridad humana nos lo puede prohibir justamente.
Segundo.
La autoridad civil, cuya razón de ser es el servicio de la sociedad, está obligada a proteger y favorecer la libertad de los ciudadanos, también en el ejercicio de su vida religiosa y moral tal como de acuerdo con su conciencia decidan hacerlo.
Tercero
.
Los ciudadanos católicos, como los demás, tenemos pleno derecho a intervenir en la vida pública en cuanto tales y tenemos el deber y el derecho de aportar al patrimonio común los bienes culturales y sociales que provienen de nuestra experiencia religiosa.


Si los católicos españoles queremos seguir siendo libres y responsables, tendremos que comenzar a tomar en serio estas cuestiones. No es un asunto de los Obispos, sino que es algo que concierne directamente a toda la sociedad y a todos los ciudadanos. Lo que está en juego no son los privilegios de los curas, sino la libertad de los ciudadanos españoles para vivir libremente según su conciencia.

El Estado es laico no para suprimir la religión, sino para facilitar el que los ciudadanos puedan ser religiosos o no según su conciencia y puedan profesar tranquilamente la religión que mejor les parezca, con todas las consecuencias, privadas y públicas.»

Recomendamos leer entero todo el artículo aquí.

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