
Para este inicio de la Cuaresma, os remito a un artículo publicado en La Buhardilla de San Jerónimo sobre una de las meditaciones que el Cardenal Giacomo Biffi predicó en presencia del Papa Benedicto XVI y la Curia Romana durante los ejercicios espirituales cuaresmales del año 2007, llamadas "Las cosas de arriba".
En ella dice perlas como:
- Conversión significa, aún en el lenguaje de los automovilistas, cambio en la dirección de marcha. El hombre es un ser que no puede detenerse.
- Se nos ha dado la Cuaresma no para ver si hay o no algo que cambiar en nuestra vida, sino para entender qué es lo que debemos cambiar, porque algo para cambiar siempre hay.
- El retorno no puede ser sólo verbal y voluble: debe darse también en las obras.
- Como se ve, el impulso a cambiarnos desde adentro no nace tanto de abajo, como de lo alto: la percepción de una realidad bellísima y trascendente que nos sobrepasa – el Reino - pone en crisis nuestra resignación a una vida mezquina o contaminada y nos empuja a una transfiguración que es esencialmente un conformarnos con aquello que está por encima de nosotros.
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