martes, 1 de julio de 2008

Sobre los lefebvrianos y la Tradición

Ojito con las declaraciones de los periodistas de temas de religión que se producen. Aunque ellos no lo hagan hay que diferenciar entre noticia y opinión.
Por ejemplo, leemos al final de un artículo con respecto al tema de los lefebvrianos de estos días titulado: los lefevrianos deciden seguir en el monte en el blog de Jesús Bastante (antiguo informador de religión en ABC, retirado -fulminantemente- tras el cambio en la dirección del diario) de Religiondigital:
"Desconocemos si, después de estas declaraciones, Fellay responderá -si no lo ha hecho ya- al requerimiento vaticano en forma y lugar. Mucho nos tememos que los desprecios de los lefebvrianos también podrían llegar a negarse a responder la misiva. Una mala noticia, sin duda. Pero también una muestra de que, a veces, la Tradición se hace más importante que la propia Iglesia. Y que la misma fe. Y eso sí que es una noticia horrenda. Y demasiado real."
Con acierto un visitante (identificado como Íñigo) del blog le puntualiza mediante un comentario:
"BARÓN (es el nombre que usa Jesús Bastante en el blog): te matizo en algo. Afirmas que: "la Tradición se hace más importante que la propia Iglesia. Y que la misma fe". Ni los lefrevianos son la Tradición ni ellos saben la amplitud de miras de dicho concepto, tal como la recoje la Constitución Dei Verbum del Vaticano II (votada también por el arzobispo cismático, por cierto; al igual que la Sacrosantum Concilium, donde se pide que se promueva una necesaria reforma litúrgica). La Tradición está unida inseparablemente a la Escritura (que forman en conjunto la Palabra de Dios) y al Magisterio que, en la infabilidad del Espíritu Santo, la interpreta adecuadamente.Por eso, ellos no son amantes de la Tradición (con mayúsculas) sino del tradicionalismo. No aman la Sagrada Liturgia sino el fijismo (cosa abusurda pues ellos mismos celebran con un misal reformado por el beato Juan XXIII). Gente así nunca han hecho bien a la Iglesia, que siempre ha manifestado una generosidad enorme. Ni por un extremo ni por otro. Y si no que se lo... "
Sin entrar en consideración en todas las observaciones y comentarios de la respuesta (que pueden ser valorables), vemos como un lector encuentra el error del informador (uno de los españoles que más pueden presumir de tiempo y de contactos en la materia) de confundir -o inducir a la confusión- el término Tradición. Pero no se trata de un simple error ya que al introducir el término en cuestión, el autor aprovecha para -de un plumazo y de una manera muy sutil- "condenar" a otros movimientos que sí respetan la Tradición (uno de los pilares de la Fe Católica) y acercarse a los que se sienten incómodos en estos apartados...
No nos engañemos y no mezclemos churras con merinas otra vez...

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